martes, 30 de noviembre de 2010

TERCERA CONFERENCIA:


En su tercera conferencia Freud cuenta que habiendo renunciado al hipnotismo, comienza a pedirles a sus pasientes que le comunicasen lo que se les ocurriera sobre la materia de que se trataba, indicándoles que sabían todo lo que suponían haber olvidado y que la idea que surgiese en ellos en aquel instante contendría seguramente lo buscado, había logrado, en efecto, que la primera ocurrencia del enfermo trajera consigo el elemento deseado, revelándose como la olvidada continuación del recuerdo, y esto no es cierto por completo. Realmente, sólo en los comienzos del tratamiento podía conseguir que se presentase el elemento olvidado. Al continuar con la misma técnica comenzaban siempre a aparecer ocurrencias que por carecer de toda conexión con la materia tratada no podían ser las buscadas y eran rechazadas como falsas por los enfermos mismos.
        En los enfermos sometidos al tratamiento actuaban dos fuerzas contrarias; por un lado, su aspiración consciente a traer a la consciencia los elementos olvidados que existían en lo inconsciente; por otro, la resistencia que ya conocemos y que luchaba para impedir que lo reprimido o sus productos se hiciesen conscientes. Cuando esta resistencia era nula o muy pequeña, lo olvidado se hacía consciente sin deformación ninguna, hecho que incitaba a sospechar que la desfiguración de lo buscado sería tanto mayor cuanto más enérgica fuese la resistencia opuesta a que lo olvidado se hiciese consciente. La ocurrencia del enfermo, que se presentaba en lugar de lo buscado, habíase originado, pues, como un síntoma; era un nuevo y efímero producto artificial sustitutivo de lo reprimido y tanto menos análogo a ello cuanto mayor fuese la desfiguración que bajo el influjo de la resistencia hubiese experimentado. Mas, de todos modos, tendría que presentar cierta semejanza con lo buscado, en virtud de su naturaleza de síntoma y dada una resistencia no demasiado intensa, tenía que ser posible adivinar el oculto elemento buscado, partiendo de la ocurrencia manifestada por el enfermo. Esta ocurrencia debía ser, con respecto al elemento reprimido, algo como una alusión, como una expresión del mismo en lenguaje indirecto.
        Cuando se parte, en el tratamiento de un enfermo, de lo último que recuerda sobre un punto determinado, para buscar un complejo reprimido, aparecen  todas las probabilidades de inferirlo si el sujeto pone a nuestra disposición una cantidad suficiente de sus espontáneas ocurrencias. Dejando  hablar al enfermo lo que quiera y nos atenemos firmemente a la presuposición de que no puede ocurrírsele cosa alguna que no dependa indirectamente del complejo buscado.
        Al emplear esta técnica se puede encontrar  aún el obstáculo de que el paciente se detiene con frecuencia, comienza a vacilar y afirma que no sabe qué decir, ni se le ocurre cosa alguna. Esto puede darse influido por las resistencias disfrazadas bajo la forma de diversos juicios críticos sobre el valor de la idea que en él ha surgido, la retiene sin exteriorizarla o la rechaza.
        Este material de ocurrencias, que el enfermo rechaza despreciativamente cuando se halla bajo el influjo de la resistencia y no bajo el del médico, constituye para el investigador psicoanalítico el mineral del que, con ayuda de sencillas artes interpretativas, extrae su total contenido del valioso metal. Si queréis haceros con un rápido y provisional conocimiento de los complejos reprimidos de un enfermo, aunque sin penetrar en su ordenación ni en su enlace, puede servir del experimento de asociación.
        
La interpretación de las ocurrencias que exterioriza el paciente cuando se somete a los preceptos psicoanalíticos capitales no es el único de los medios técnicos para el descubrimiento de lo inconsciente. Al mismo fin conducen otros dos procedimientos: la interpretación de sus sueños y la evaluación de sus actos fallidos y actos casuales.
 La interpretación de los sueños es, en realidad, una de las mejores vías para llegar al conocimiento de lo inconsciente y la base más firme del psicoanálisis, constituyendo al mismo tiempo un campo de experimentación, en el que todos podemos penetrar y adquirir nuevas e interesantísimas ideas.
        Al estudiar los sueños no hay que olvidar que si nuestras producciones oníricas nocturnas presentan, por un lado, la mayor analogía exterior y el más grande parentesco íntimo con las creaciones de la perturbación mental, por otro, en cambio, son compatibles con una total salud en la vida despierta. No constituye ninguna paradoja afirmar que quien se limite a mirar con asombro, sin intentar llegar a su comprensión, estas alucinaciones, delirios y modificaciones del carácter, que pudiéramos llamar «normales», no puede tampoco tener la menor probabilidad de comprender, más que de un modo totalmente profano, las formaciones anormales de los estados anímicos patológicos.
        Cuando nos hallamos despiertos acostumbramos considerar tan despreciativamente nuestros sueños como el paciente las ideas que el investigador psicoanalítico le hace manifestar. Rechazándolos de nuestro pensamiento, los olvidamos generalmente en el acto y por completo. Nuestro desprecio se funda en el extraño carácter que presentan aun aquellos sueños que no son confusos ni descabellados y en el evidente absurdo e insensatez de otros, y nuestra repulsa se basa en las desenfrenadas tendencias, inmorales y desvergonzadas que, en algunos sueños, se manifiestan claramente.
        No todos los sueños son esencialmente extraños al sujeto que los ha tenido, ni confusos e incomprensibles para él. Examinando los sueños de los niños más pequeños, desde el año y medio de edad, se halla que son grandemente sencillos y fáciles de explicar. El niño pequeño sueña siempre la realización de deseos que han surgido en él el día anterior y que no ha satisfecho. No es necesario ningún arte interpretativo para hallar esta sencilla solución, sino únicamente averiguar lo que el niño hizo o dijo durante el día anterior al sueño. La solución más satisfactoria del problema sería, ciertamente, que también los sueños de los adultos fueran, como los de los niños, realizaciones de sentimientos optativos provocados durante el día del sueño. Y así es en realidad. Las dificultades que es necesario vencer para llegar a esta solución van desapareciendo poco a poco, conforme se va haciendo más penetrante el análisis de los sueños.
        La primera y más importante de las objeciones es la de que los sueños de los adultos presentan, en general, un contenido ininteligible que no deja reconocer el más pequeño indicio de una realización de deseos. La respuesta a tal objeción es la siguiente: Dichos sueños han sufrido una deformación; el proceso psíquico que entrañan hubiera debido hallar originariamente una muy diferente traducción verbal. Hay que diferenciar el contenido manifiesto del sueño, tal y como se recuerda con extrema vaguedad por la mañana y se reviste penosamente y con aparente arbitrariedad de palabras, de las ideas latentes del sueño, que permanecen en lo inconsciente. Esta deformación del sueño es el mismo proceso que expuse antes en la investigación de la formación de los síntomas histéricos, e indica que tanto en la formación de los sueños como en la de los síntomas actúa el mismo juego de fuerzas anímicas encontradas. El contenido manifiesto del sueño es el susitutivo deformado de las ideas inconscientes del mismo, y esta deformación es obra de fuerzas defensivas del yo, resistencias que durante el estado de vigilia impiden por completo el acceso a la consciencia, a los deseos reprimidos de lo inconsciente, y que, debilitados cuando el sujeto duerme, conservan, sin embargo, energía suficiente para obligar a dichos deseos a envolverse en un disfraz. De este modo resulta tan difícil para el sujeto reconocer el sentido de sus sueños como para el histérico la relación y el significado de sus síntomas.
        Que existen ideas latentes del sueño, y que entre ellas y el contenido manifiesto del mismo se mantiene, en efecto, la relación antes descrita, son extremos de los que nos convence el análisis de los sueños, análisis cuya técnica es idéntica a la psicoanalítica. Se prescinde por completo de la aparente conexión de los elementos en el sueño manifiesto y se reúnen todas las ocurrencias que, conforme a la regla psicoanalítica de libre asociación, vayan surgiendo ante cada uno de dichos elementos, considerados separadamente. Luego, por el examen del material así reunido, podremos inferir las ideas latentes del sueño, de igual manera que por las ocurrencias del enfermo ante sus síntomas y recuerdos hemos adivinado sus ocultos complejos. En las ideas latentes del sueño así descubiertas puede verse siempre cuán justificado está igualar los sueños del adulto a los de los niños. Lo que ahora se sustituye, como verdadero sentido del sueño, al contenido manifiesto del mismo es siempre claramente comprensible; aparece ligado a las impresiones del día anterior y se revela como realización de un sueño insatisfecho. El sueño manifiesto, que es el que por nuestro recuerdo conocemos al despertar, no puede describirse más que como una realización disfrazada de deseos reprimidos.
        Por medio de una labor sintética puede llegarse también al conocimiento del proceso de deformación, que convierte las ideas inconscientes del sueño en el contenido manifiesto del mismo, proceso al que damos el nombre de elaboración del sueño.
        En el análisis de los sueños descubriréis con admiración la insospechada importancia del papel que desempeñan en el desarrollo del hombre las impresiones y los sucesos de la temprana infancia. En la vida onírica del hombre prolonga su existencia el niño, conservando bien sus peculiaridades y deseos, aun aquellos que han llegado a ser inutilizables en la vida adulta. Con el poder incoercible se presentarán ante nosotros las evoluciones, represiones, sublimaciones y reacciones por medio de las cuales ha surgido del niño, muy diferentemente dispuesto, el hombre llamado normal, sujeto, y en parte víctima, de la civilización tan penosamente alcanzada.
      El tercer grupo de fenómenos anímicos, cuyo estudio ha llegado a ser un medio técnico para el psicoanálisis, son éstos los pequeños actos fallidos de los hombres, tanto normales como nerviosos; actos a los que no se acostumbra, en general, dar importancia ninguna: el olvido de cosas que podían saberse y que en realidad se saben en otros momentos (por ejemplo, el olvido temporal de los nombres propios); las equivocaciones orales, en las que con tanta frecuencia se incurre; los análogos errores cometidos en la escritura y en la lectura; los actos de aprehensión errónea, y la pérdida y rotura de objetos, etc., cosas todas a las que no se suele buscar una determinación psicológica y que se dejan pasar considerándolas como sucesos casuales y resultantes de la distracción, falta de atención y otras condiciones análogas. A todo ello se agregan los actos y gestos que los hombres ejecutan sin darse cuenta, y, por tanto, claro está que sin atribuirles condición anímica alguna, tales como el juguetear con los objetos, tararear melodías, andarse en los vestidos o en alguna parte de la propia persona y otros manejos semejantes. Estas pequeñeces, actos fallidos, sintomáticos y casuales, no se hallan tan desprovistas de significación como parece aceptarse, en general, por un tácito acuerdo; muy al contrario, son extraordinariamente significativas y pueden ser fácil y seguramente interpretadas examinando la situación en la que se ejecutan; examen del que resulta que también constituyen manifestaciones de impulsos e intenciones que deben ser sustraídos a la propia consciencia o que proceden de los mismos complejos y deseos que hemos estudiado como creadores de los síntomas y plasmadores de los sueños. Merecen, por tanto, estos actos ser reconocidos como síntomas, y su observación puede conducir, como la de los sueños, al descubrimiento de los elementos ocultos de la vida anímica. Por ellos revela generalmente el hombre sus más íntimos secretos, y si aparecen con especiales facilidad y frecuencia hasta en individuos sanos, que han logrado llevar a cabo, con todo éxito, la represión de sus tendencias inconscientes, ello se debe a su futilidad y nimia apariencia. No obstante, pueden aspirar tales actos a una más alta valoración teórica, pues nos muestran que la represión y la formación de sustitutivos tienen también lugar en condiciones de salud normal.
        

segunda conferencia: La histeria

la histeria es una forma de la alteraci�n degenerativa del sistema nervioso, alteraci�n que se manifiesta en una innata debilidad de la s�ntesis ps�quica. Los enfermos hist�ricos ser�an incapaces, desde un principio, de mantener formando una unidad la diversidad de los procesos an�micos, siendo �sta la causa de su tendencia a la disociaci�n ps�quica.

A m� me impulsaba sobre todo la necesidad pr�ctica. El tratamiento cat�rtico, tal y como lo hab�a empleado Breuer, ten�a por condici�n sumir al enfermo en una profunda hipnosis, pues �nicamente en estado hipn�tico pod�a el paciente llegar al conocimiento de los sucesos pat�genos relacionados con sus s�ntomas, conocimiento que se le escapaba en estado normal. Mas el hipnotismo se me hizo pronto enfadoso, por constituir un medio auxiliar en extremo inseguro y, por decirlo as�, m�stico. Una vez experimentado que, a pesar de grandes esfuerzos, no lograba sumir en estado hipn�tico m�s que a una m�nima parte de mis enfermos, decid� prescindir del hipnotismo y hacer independiente de �l el tratamiento cat�rtico. No pudiendo variar a mi arbitrio el estado ps�quico de la mayor�a de mis pacientes, me propuse trabajar hall�ndose �stos en estado normal, empresa que en un principio parec�a por completo insensata y carente de toda probabilidad de �xito. Se planteaba el problema de averiguar por boca del paciente algo que uno no sab�a y que el enfermo mismo ignoraba. �C�mo pod�a conseguirse esto?

Este mismo procedimiento utilic� yo con mis pacientes. Cuando llegaba con alguno de ellos a un punto en que me manifestaba no saber ya m�s, le aseguraba yo que lo sab�a y que no ten�a m�s que tomarse el trabajo de decirlo, llegando hasta afirmarle que el recuerdo deseado ser�a el que acudiera a su memoria en el momento en que yo colocase mi mano sobre su frente. De este modo consegu�, sin recurrir al hipnotismo, que los enfermos me revelasen todo lo necesario para la reconstituci�n del enlace entre las olvidadas escenas pat�genas y los s�ntomas que quedaban como residuo de las mismas.

Hab�a logrado, en efecto, confirmar que los recuerdos olvidados no se hab�an perdido. Se hallaban a merced del enfermo y dispuestos a surgir por asociaci�n con sus otros recuerdos no olvidados, pero una fuerza indeterminada se lo imped�a, oblig�ndolos a permanecer inconscientes. La existencia de esta fuerza era indudable, pues se sent�a su actuaci�n al intentar, contrari�ndola, hacer retornar a la conciencia del enfermo los recuerdos inconscientes. Esta fuerza que manten�a el estado patol�gico se hac�a, pues, notar como una resistencia del enfermo.

En esta idea de la resistencia he fundado mi concepci�n de los procesos ps�quicos en la histeria. Demostrado que para el restablecimiento del enfermo era necesario suprimir tales resistencias, este mecanismo de la curaci�n suministraba datos suficientes para formarse una idea muy precisa del proceso pat�geno. Las fuerzas que en el tratamiento se opon�an, en calidad de resistencia a que lo olvidado se hiciese de nuevo consciente, ten�an que ser tambi�n las que anteriormente hab�an producido tal olvido y expulsado de la conciencia los sucesos pat�genos correspondientes. A este proceso por m� supuesto le di el nombre de represi�n, consider�ndolo demostrado por la innegable aparici�n de la resistencia.

Para expresarlo m�s directamente por medio de la investigaci�n de los hist�ricos y otros enfermos neur�ticos llegamos al convencimiento de que en ellos ha fracasado la represi�n de la idea que entra�a el deseo intolerable. Han llegado a expulsarla de la conciencia y de la memoria, ahorr�ndose as� aparentemente una gran cantidad de dolor, pero el deseo reprimido perdura en lo inconsciente, espiando una ocasi�n de ser activado, y cuando �sta se presenta, sabe enviar a la conciencia una disfrazada e irreconocible formaci�n sustitutiva (Ersatzbildung) de lo reprimido, a la que pronto se enlazan las mismas sensaciones displacientes que se cre�an ahorradas por la represi�n. Este producto sustitutivo de la idea reprimida -el s�ntoma- queda protegido de subsiguientes ataques de las fuerzas defensivas del yo, y en lugar de un conflicto poco duradero, aparece ahora un interminable padecimiento. En el s�ntoma puede hallarse, junto a los rasgos de deformaci�n, un resto de analog�a con la idea primitivamente reprimida; los caminos seguidos por la g�nesis del producto sustitutivo se revelan durante el tratamiento psicoanal�tico del enfermo, y para la curaci�n es necesario que el s�ntoma sea conocido de nuevo y por los mismos caminos, hasta la idea reprimida. Una vez reintegrado lo reprimido a la actividad an�mica consciente, labor que supone el vencimiento de considerables resistencias, el conflicto ps�quico que as� queda establecido y que el enfermo quiso evitarse con la represi�n, puede hallar, bajo la gu�a del m�dico, una mejor soluci�n que la ofrecida por el proceso represor. 

PRIMERA CONFERENCIA: El caso de Ana O.


En esta  primer conferencia Freud habla sobre el caso de una paciente del Dr. Breuer, una  joven muchacha  enferma de tan solo veintiún años y de excelentes dotes intelectuales desarrolló durante dos años una serie de perturbaciones corporales y anímicas: “sufrió una parálisis con rigidez de las dos extremidades del lado derecho, que permanecían insensibles, y a veces esta misma afección en los miembros del lado izquierdo; perturbaciones en los movimientos oculares y múltiples deficiencias en la visión, dificultades para sostener la cabeza, asco frente a los alimentos y en una ocasión, durante varias semanas, incapacidad para beber no obstante una sed martirizadora; además, disminución de la capacidad de hablar, al punto de no poder expresarse o no comprender su lengua materna, y, por último, estados de ausencia, confusión, deliria, alteración de su personalidad toda, a los cuales consagraremos luego nuestra atención."
Luego de describir estos síntomas, Freud reflexiona sobre las posibles causales médicas del mal, habiendo resultado negativo todo examen físico de la paciente. Al encontrarse ausente cualquier signo de enfermedad orgánica, en la época se denominaba al cuadro como "histeria". Freud relata en esta primera conferencia como la actitud común del médico en aquellos años al encontrarse frente a un caso de histeria, era la de abandonar todo intento de tratamiento y dejar los síntomas librados a su propia y eventual evolución. Se cuenta a continuación como el Doctor Breuer no hace esto, y se interesa profundamente por la joven, aunque en un principio no tiene idea de como ayudarla.
Vale aclarar aquí, que esta joven se encontraba profundamente apenada por una cruenta enfermedad que estaba atravesando su querido padre, quien moriría a causa de esta. Mientras tanto, esta paciente estaba cuidando de su progenitor, situación que le acarreaba una profunda angustia.
El Doctor Breuer había notado que en sus estados de ausencia, la joven murmuraba unas palabras sobre las cuales Breuer enfocó su atención. Se le ocurrió en una oportunidad colocar a la paciente en una suerte de hipnosis y repetirle estas palabras a la joven, la cual las devolvía. Se trataban de fantasías tristísimas relativas a la enfermedad de su padre. Se notó que luego de estas sesiones, los síntomas antes mencionados desaparecían de la paciente por un tiempo, tras el cual se debía repetir este procedimiento para que los síntomas abandonaran nuevamente a la joven durante un periodo de horas. La joven, quien a esas alturas curiosamente comprendía solamente el inglés (que no consistía en su lengua materna) llamó a estos procedimientos "talking cure" (cura de conversación) y en ocasiones se refería a ellos en forma de broma como "chimney sweeping" (limpieza de chimenea)
Claro que esto no resolvía el problema, pues los síntomas recurrían nuevamente a perturbar a la paciente.
Se descubrió entonces, casi por azar, algo sorprendente que revolucionaria para siempre el tratamiento de estas afecciones. La cosa fue como se cuenta a continuación:
Durante el verano, hubo un periodo de intenso calor durante el cual, la joven, sin razón aparente, se encontraba imposibilitada de beber ningún líquido. Cuando tomaba un vaso y lo acercaba a sus labios caía en estado de ausencia y lo arrojaba lejos de sí. Durante la presencia de estos síntomas, que fue de varias semanas, la joven se hidrataba exclusivamente a base de melones y demás frutas, siéndole totalmente imposible tomar agua o ninguna otra bebida. Aproximadamente a las seis semanas de sufrir este nuevo síntoma, la joven se puso a reflexionar en ese estado de hipnosis, sobre un episodio que le había provocado una severa repugnancia. Resulta que su dama de compañía, una señora inglesa, tenía un perro, al cual en una ocasión, le había dado de beber de su vaso. Esto causó una fuerte impresión de asco en la paciente de Breuer, que sin embargo no había relacionado de forma consciente al síntoma de no poder beber con este episodio del perro. Al despertar de la hipnosis la joven pidió beber, y lo hizo abundantemente, no siendo aquejada nunca más por esta imposibilidad de beber.
Así, Freud relata cómo Breuer descubrió que, si en ese estado hipnótico, no solo se hablaba del síntoma, sino que también se llegaba al episodio raíz en que este se había generado, el mismo desaparecía, ya no por unas horas, sino que para siempre.
Luego, el medico vienés nos cuenta sobre otra experiencia con la paciente, en donde se logró remitir completamente la parálisis de su brazo. Sigamos entonces las palabras del mismo Freud a este respecto:
"...Así, Breuer refiere que las perturbaciones en la visión de la enferma se reconducían a ocasiones «de este tipo: la paciente estaba sentada, con lágrimas en los ojos, junto al lecho de enfermo de su padre, cuando este le preguntó de pronto qué hora era; ella no veía claro, hizo un esfuerzo, acercó el reloj a sus ojos y entonces la esfera se le apareció muy grande; o bien se esforzó por sofocar las lágrimas para que el padre no las viera». Por otra parte, todas las impresiones patógenas venían de la época en que participó en el cuidado de su padre enfermo. «Cierta vez hacía vigilancia nocturna con gran angustia por el enfermo, que padecía alta fiebre, y en estado de tensión porque se esperaba a un cirujano de Viena que practicaría la operación. La madre se había alejado por un rato, y Anna estaba sentada junto al lecho del enfermo, con el brazo derecho sobre el respaldo de la silla. Cayó en un estado de sueño despierto y vio cómo desde la pared una serpiente negra se acercaba al enfermo para morderlo. (Es muy probable que en el prado que se extendía detrás de la casa aparecieran de hecho algunas serpientes y ya antes hubieran provocado terror a la muchacha, proporcionando ahora el material de la alucinación.) Quiso espantar al animal pero estaba como paralizada; el brazo derecho, pendiente sobre el respaldo, se le había «dormido», volviéndosele anestésico y parético, y cuando lo observó los dedos se mudaron en pequeñas serpientes rematadas en calaveras (las uñas). Probablemente hizo intentos por ahuyentar a la serpiente con la mano derecha paralizada, y por esa vía su anestesia y parálisis entró en asociación con la alucinación de la serpiente. Cuando ésta desapareció, quiso en su angustia rezar, pero se le denegó toda lengua, no pudo hablar en ninguna, hasta que por fin dio con un verso infantil en inglés y entonces pudo seguir pensando y orar en esa lengua». Al recordar esta escena en la hipnosis, quedó eliminada también la parálisis rígida del brazo derecho, que persistía desde el comienzo de la enfermedad, llegando así a su fin el tratamiento..."

A través de este artículo, fuimos transitando por el relato y las reflexiones de Freud acerca de la valiosísima experiencia del doctor Breuer. Freud después de contar estos episodios de la paciente de Breuer, relata escuetamente uno propio y reflexiona luego sobre dos puntos fundamentales que surgen como conclusión de estas experiencias.
En primer lugar, resulta evidente que la paciente de Breuer debió sofocar las acciones o exteriorizaciones afectivas intensísimas correspondientes determinadas situaciones. En el caso del perro de su dama de compañía, debió disimular su asco por respeto a esta, y en el caso de la enfermedad de su padre, debió cuidarse muy bien en sus acciones para que su padre no notara los nefastos sentimientos que ella estaba atravesando. Al reproducir esas ocasiones ante el médico en estado de hipnosis, pero esta vez si con la exteriorización del afecto contenido antes, se lograba tramitar de un modo efectivo la curación de la raíz del síntoma. Es notable, que la reevocación de situaciones ante el médico no tenía ningún efecto terapéutico si no estaba acompañada de la exteriorización de las emociones reprimidas. Se está diciendo que, es decisivo para la adquisición de la enfermedad el hecho de que las emociones desarrolladas en las situaciones patógenas hallaron bloqueada una salida normal, por lo cual quedaron siendo una constante fuente de excitación anímica, al tiempo que se vieron exagerados y encontraron otra vía de exteriorización que consistía en los síntomas físicos generados. En esa época se denominó a este fenómeno "conversión histérica".

En segundo lugar, se reflexiona sobre el hecho de que en una misma persona, pueden coexistir diferentes agrupaciones anímicas, siendo bastante independientes unas de las otras, e ir atrayendo a la conciencia cada una de ellas separadamente, sin que cada una "sepa" de las demás. Esto se concluye de que, por ejemplo en el caso de la paciente de Breuer, ella en estado normal no sabía nada sobre sus síntomas cuando caía en estado de ausencia o delirios, y solo bajo hipnosis y con un gran esfuerzo del terapeuta se lograba atraer a la memoria aquellas situaciones.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Percepcion - Teoria de campo de kurt lewin

La Teoría del campo, formulada por Lewin, afirma que las variaciones individuales del comportamiento humano con relación a la norma son condicionadas por la tensión entre las percepciones que el individuo tiene de sí mismo y del ambiente psicológico en el que se sitúa, el espacio vital.
La Teoría del campo de Lewin afirma que es imposible conocer el conocimiento humano fuera de su entorno, de su ambiente.
La conducta ha de entenderse como una constelación de variables independientes, las cuales formarían el campo dinámico.
Kurt Lewin parte de un enfoque gestaltista ortodoxo, tomando en consideración la situación total del individuo, su "espacio vital", que es psicológico, cercado por el entorno físico (con el que interactúa) y definido en términos de presente. Para armar su modelo (con un sentido más descriptivo y heurístico que explicativo) toma muchas ideas y elementos del lenguaje de la Geometría Topológica y del Análisis Vectorial, pero no los combina en una estructura matemática formal, sino que los usa libremente, de acuerdo a sus necesidades.
Lewin creó la noción de CAMPO PSICOLOGICO para explicar la interacción de las fuerzas que emanan del sujeto y las influencias sociales. El campo psicológico es una "totalidad dinámica" que manifiesta el estado relacional de una persona con su entorno social en un momento determinado. Incluye percepciones y motivaciones. Cada situación combina influencias que generan estados de tensión, los que provocan nuevos comportamientos, en procura de nuevos estados de equilibrio.
El campo psicológico es, pues, un asiento de fuerzas y tensiones que se forman, se modifican y se reequilibran contínuamente. Un hombre dinámico (por ejemplo, el líder de un grupo) puede, con sus propias fuerzas, reorganizar las influencias sociales de su campo psicológico. Otros hombres, más pasivos, pueden evidenciar tendencias adaptativas a las tensiones, en diversas modalidades positivas o negativas) tales como el aprendizaje, la adaptación y la frustración.
Otra noción importante de Kurt Lewin (de indudable interés sociológico y politológico) es la noción de NIVEL DE ASPIRACION, o sea la posición futura que un hombre se siente capaz de alcanzar cuando va a emprender una nueva actividad. Resultan muy interesantes sus observaciones sobre las modificaciones que sufren esas aspiraciones sobre la marcha, a medida que se experimentan triunfos y fracasos, según las diversas configuraciones psicológicas.
El espacio vital del hombre está dividido en "regiones", que son áreas situacionales diferenciadas, que van emergiendo al nivel de la conciencia a medida que el hombre se desarrolla. Esas regiones psíquicas están vinculadas y a la vez separadas entre sí por fronteras, que eventualmente pueden convertirse en barreras.

Percepcion - Las Leyes de Gestald

Ley De Constancia:

La mente añade elementos faltantes a fin de completar una figura. Contamos con una capacidad innata a concluir las formas y los objetos que no percibimos completos.

Ley De Continuidad:

La agrupación de los elementos en líneas rectas o curvas de forma continua tienden a percibirse por el ojo humano como una unidad. Estos mismos elementos, en la misma posición relativa, pero no organizados linealmente no son percibidos como una unidad.

Ley de Figura-Fondo:



New Look

La teoría del New Look desvirtúa ambas posturas extremas. Dicha Teoría investigó y esclareció el hecho perceptivo desde una doble vertiente: la de la subjetividad y la de la realidad objetiva. 
El sujeto no es pasivo para la percepción, selecciona los estímulos del medio, se anticipa con su experiencia a lo que va a percibir pero, en presencia del estímulo, de la realidad objetiva queda limitada la subjetividad. 
Nuestro cerebro está continuamente alimentado por información simultánea de los recetores externos e internos pero, en el nivel consciente sólo una parte es registrada. El resto de la información es recibida a nivel preconsciente e inconsciente. La selectividad de la percepción deviene tanto de las condiciones del objeto como de los factores culturales, ideológicos, de personalidad, de relación o circunstancia. Estos últimos actúan permitiendo o censurando datos de acuerdo con el valor cultural, ideológico, de personalidad. 
La percepción consciente tiende a ser predominantemente regida por procesos lógicos: discrimina, evalúa, rechaza, acepta, etc. La percepción inconsciente tiende predominantemente a regirse por procesos analógicos, atemporales, fantasiosos. 

El New Look se pregunta cómo es posible que distintos sujetos, ante el mismo objeto, tengan diferentes percepciones.
Entonces lo que postulan es la percepción selectiva: en donde el sujeto toma los estímulos que le son mas significativos. Este proceso de percepción tiene algunos pacitos: 
1 Formulación de hipótesis
2 Entrada de información
3 Veríficación o rechazo de hipótesis.

Esto pasa a nivel humano en muchas situaciones en especial cuando se tiene que hacer un juicio respecto de alguien o algo. Suponete que te vas a encontrar con una persona que nunca viste en tu vida, y vas con un amigo. Cuando ven a esa persona de lejos cada uno puede opinar cosas totalmente diferentes aunque se trate de la misma persona. Ahí te das cuenta que el asunto de la percepción no es solo lo que está por fuera sino el proceso en conjunto de la informacion que se recibe con las significaciones que realizas en tu mente. Hablo d emente porque esto va mas alla de las funciones anatómicas cerebrales.


Al mirar nuestro entorno vemos objetos o figuras contra un fondo. Dependiendo de cómo opera nuestra mente, el mismo objeto se puede ver como figura o como fondo. Nuestra mente no puede ver el mismo estímulo como figura y fondo al mismo tiempo sino sucesivamente. 
La copa de Edgar Rubin, ha sido usada como modelo por la Gestalt para describir el mecanismo perceptivo de esta relación figura-fondo.  
Las diferencias entre fondo y forma son:

a.     Cuando dos campos tienen la misma línea límite común, la figura es la que adquiere forma y no el fondo.
b.     El fondo pareciera que continúa como una imagen detrás de la figura.
c.     La figura se presenta como un objeto con definición: sólido y estructurado. 
d.     La figura da la impresión de tener un color local sólido y el fondo pareciera etéreo y vago.
e.     El observador ve la figura como más cercana y la recuerda mejor que el fondo.

Percepcion - La Teoria de Gestald



La percepción es uno de los temas inaugurales de la psicología como ciencia y ha sido objeto de diferentes intentos de explicación. Existe consenso científico en considerar al movimiento Gestalt como uno de los esfuerzos más sistemáticos y fecundos en la producción de sus principios explicativos.


El movimiento Gestalt, nació en Alemania bajo la autoría de los investigadores Wertheimer, Koffka y Köhler, durante las primeras decadas del siglo XX. Estos autores consideran la percepción como el proceso fundamental de la actividad mental, y suponen que las demás actividades psicológicas como el aprendizaje, la memoria, el pensamiento, entre otros, dependen del adecuado funcionamiento del proceso de organización perceptual.

El contexto histórico dentro del cual se desarrollan sus estudios tiene un importante significado para la comprensión de sus aportes.

En los comienzos del siglo XX la fisiología había alcanzado un lugar importante dentro de la explicación psicológica. Suponía que todo hecho psíquico se encontraba precedido y acompañado por un determinado tipo de actividad orgánica.La percepción era entendida como el resultado de procesos corporales como la actividad sensorial. El énfasis investigativo se ubicó en la caracterización de los canales sensoriales de la visión, el tacto, el gusto, la audición, etc. La psicofisiología definía la percepción como una actividad cerebral de complejidad creciente impulsada por la transformación de un órgano sensorial específico, como la visión o el tacto.

La Gestalt realizó una revolución copernicana en psicología al plantear la percepción como el proceso inicial de la actividad mental y no un derivado cerebral de estados sensoriales. Su teoría, arraigada en la tradición filosófica de Kant (Wertheimer en Carterette y Friedman, 1982), consideró la percepción como un estado subjetivo, a través del cual se realiza una abstracción del mundo externo o de hechos relevantes.

"La percepción visual no opera con la fidelidad mecánica de una cámara, que lo registra todo imparcialmente: todo el conglomerado de diminutos pedacitos de forma y color que constituyen los ojos y la boca de la persona que posa para la fotografía, lo mismo que la esquina del teléfono que asoma accidentalmente por encima de su cabeza. ¿Qué es lo que vemos?... Ver significa aprehender algunos rasgos salientes de los objetos: el azul del cielo, la curva del cuello del cisne, la rectangularidad del libro, el lustre de un pedazo de metal, la rectitud del cigarrillo" (Arnheim, 1995, p. 58-59).

El primer supuesto básico desarrollado por la Gestalt es la afirmación de que la actividad mental no es una copia idéntica del mundo percibido. Contrariamente define la percepción como un proceso de extracción y selección de información relevante encargado de generar un estado de claridad y lucidez conciente que permita el desempeño dentro del mayor grado de racionalidad y coherencia posibles con el mundo circundante.

Se puede afirmar que, de la enorme cantidad de datos arrojados por la experiencia sensorial (luz, calor, sonido, impresión táctil, etc.), los sujetos perceptuales toman tan sólo aquella información susceptible de ser agrupada en la conciencia para generar una representación mental. La percepción, según la Gestalt, no está sometida a la información proveniente de los órganos sensoriales, sino que es la encargada de regular y modular la sensorialidad. El hecho de recibir de manera indiscriminada datos de la realidad implicaría una constante perplejidad en el sujeto, quien tendría que estar volcado sobre el inmenso volumen de estímulos que ofrece el contacto con el ambiente. La Gestalt definió la percepción como una tendencia al orden mental. Inicialmente, la percepción determina la entrada de información; y en segundo lugar, garantiza que la información retomada del ambiente permita la formación de abstracciones (juicios, categorías, conceptos, etc).

La revolución copernicana de la Gestalt


Consideró Wertheimer (1912) que la percepción no es una actividad pasiva como se creía en las teorías anteriores. En los siglos XVIII y XIX, se había asumido la tesis de la Tabula Rasa planteada por el filósofo John Locke en el siglo XVII (Boring, 1992), según la cual la mente es una hoja en blanco sobre la cual escribe la experiencia y donde la mente es una blanda masa sistemáticamente moldeada por la influencia de las sensaciones. Por el contrario, es el interés de Wertheimer demostrar que la percepción no es el resultado de la recepción y acumulación de impresiones producidas por el mundo circundante sino aquello que denomina como un proceso de organización psíquica. La psicología de la Gestalt intenta demostrar que la actividad perceptual no es un proceso causal.

La visión causalista afirma al mundo natural como causa, es decir, generador de constantes estímulos físicos como la luz, el sonido, los aromas, etc., encargados de impactar los sentidos, con lo que introduce un proceso neurofisiológico al cual el sujeto no se puede sustraer. Supone también que la función del aparato perceptual es la de estar enterado de la forma en que la naturaleza se manifiesta.

El efecto producido por la influencia material es la generación de estados internos tales como las ideas y procesos de orden categorial. Las ideas son entonces estados internos que informan sistemáticamente de la constitución del mundo físico y sus transformaciones, en los que el sujeto es un registrador de dichos acontecimientos. La tesis de la Tabula Rasa tuvo un profundo impacto en pensadores como Berkeley, Hume (S. XVIII) y James y John Stuard Mill (S. XIX) y se constituyó en uno de los pilares fundamentales del empirismo británico (Boring, 1992). El empirismo planteó que el conocimiento se deriva de la experiencia, entendida como "la aprehensión sensible de la realidad externa...antes de toda reflexión" (Ferrater Mora, 1983, p. 296). Es decir, la experiencia es todo hecho de origen material que lleva al sujeto a formarse una idea concreta de la naturaleza del mundo circundante. El empirismo es el movimiento conceptual que lleva a su máxima expresión la idea de que todo estado psíquico tiene su origen en la sensación.

Uno de los rasgos sobresalientes del empirismo fue su tendencia al elementalismo (supuesto según el cual tanto la sensación como las ideas se forman con base en unidades simples). Se denomina con el término idea a la huella dejada por el impacto sensorial; es la versión mental de los eventos del mundo material. La idea constituye una unidad simple, un dato que registra cada acontecimiento de manera unitaria y elemental.

Boring aclara el sentido y la importancia de las ideas cuando afirma que para el empirismo "las ideas son unidades de la mente. Una idea es el objeto del pensamiento" (Boeing, 1992, p. 194), con lo que pone de manifiesto que, desde esta postura teórica, la vida psíquica es una actividad de tipo unitario o elemental. Las ideas son átomos mentales con base en los cuales el sujeto lleva a cabo diferentes actos psíquicos.

Una vez descubierto el hecho de que la sensación y la idea son unidades simples de información del mundo externo, los empiristas plantean el concepto de asociación mental. Es decir, el momento en el cual la conciencia toma las ideas sensoriales, las integra unas con otras y forma estados complejos como la noción de objeto o la noción de realidad. La mente es definida como un mezclador de ideas sensoriales que se encarga de unir, integrar o asociar estos átomos de la conciencia con base en principios como el de contigüidad, expuesto por James Mill, o la semejanza, planteada por John Stuart Mill (Boring, 1992). James Mill consideraba que la mente recibía una inmensa cantidad de datos y los organizaba según su contigüidad espacio-temporal. Así, por ejemplo, una silla es un conjunto de experiencias sensibles elementales como el tamaño, color, peso, etc., que, en el momento de ser recibidas por el sujeto crean en él la impresión de una idea compleja o de un objeto definido en el que las ideas simples quedan mezcladas dentro de un solo estado mental.

Existen muchos otros principios asociacionistas, como la asociación por contraste o por repetición, que pueden ser consultados en autores como Boring (1992) y Garret (1958).

La crítica de la Gestalt al asociacionismo

La psicología de la Gestalt planteó una primera crítica al asociacionismo: lo acusó de sensacionismo, fundamentándose en la argumentación kantiana. El hecho de considerar la sensación como el punto de partida de todo acto mental es un equívoco en tanto desconoce por completo los elementos a prioride la conciencia, como es la tendencia a la conceptualización: "las percepciones no nos proporcionan nuestros conceptos, sino que nuestras percepciones nos son dadas de acuerdo con nuestras maneras intrínsecas e innatas de percibir el mundo. Estos moldes, filtros o "categorías" innatos, como las llamaba Kant, incluyen causa y efecto, tiempo y espacio" (Wertheimer, citado en Carterette y Friedman, 1982, p. 101). En este orden de ideas, la Gestalt asume un nativismo perceptual, es decir, el supuesto de que la mente tiene criterios o categorías para organizar los datos de la experiencia y que dichas categorías no están sometidas al influjo de los aprendizajes y por el contrario, las experiencias y los datos obtenidos son sometidos a su forma particular de organizarlos. Los estilos o modalidades de organización perceptual de la Gestalt son, entre otros, la tendencia a discriminar el contorno de los objetos (buenos contornos), la tendencia a privilegiar la información que más se repite en un objeto (similaridad), la tendencia a establecer niveles de contraste entre los datos que se presentan en una imagen (figura-fondo).

En segundo lugar, la Gestalt esbozó el concepto de inmediatez en la percepción. El término se plantea de manera contrastiva con el modelo analítico, en el cual se hace énfasis en la innumerable cantidad de factores mediadores entre los datos del mundo externo y la representación mental.

Según la Gestalt, la percepción busca de manera directa organizar la información del ambiente dentro de una representación mental simple. El modelo asociacionista, fundamentado en la física mecánica de su época, asume la percepción como un proceso que se lleva a cabo mediante una secuencia encadenada de unidades elementales que constituyen lo que denomina Köhler (citado por Gondra, 1996) la aplicación del método analítico. En el concepto de Köhler la tendencia de las ciencias en general a descomponer todos los objetos estudiados en unidades simples y describir su modo de integración por medio de leyes generales, es un estilo de pensamiento que asumieron sin tomar en cuenta sus consecuencias. "Creen muchos, y ha sido el dogma científico de generaciones pasadas, que no hay objeto que no haya de ser tratado mediante esta varita mágica. Una línea de curvatura continua no se comprende…si el matemático la deja intacta. Para alcanzar claridad, introduce en lugar de ella unos trozos muy pequeños, sencillos…y separados por puntos exactos… Así se reduce su mundo a un agregado de entidades pequeñísimas, situadas en lugares bien definidos, y entre esas entidades, la nada o el espacio vacío" (Köhler citado por Gondra, 1996, p. 491). En el concepto de Köhler, el filósofo austriaco Ehrenfels ya había advertido sobre las severas implicaciones en la psicología al plantear la importancia de las cualidades que pasan inadvertidas por parte del enfoque analítico de la ciencia.

"La forma de un árbol, de una estatua, de un edificio, nos parece 'graciosa'; analicemos su forma y no vemos en los elementos que resultan del análisis nada que podemos calificar de 'gracioso'. Hablamos de una torre, un pilar, de un hombre esbelto. Si los analizamos no encontramos en los elementos nada que posea aquella calidad. Pero la forma entera sigue siendo esbelta, a pesar de las prescripciones de la ciencia. Lo mismo podemos decir de otras cualidades como tosco, grosero, agudo, redondo, regular…Tenemos, pues, todo un mundo sólo perceptible en tanto que nos fijamos en realidades totales y extendidas. Lo sacrifica o lo olvida quien actúa a través de los ojos de la psicología analizadora" (Köhler citado por Gondra, 1996, p. 492).

Considera Köhler que es labor de la psicología de la percepción apropiarse de esta tendencia del sujeto a ver en el mundo cualidades, totalidades y describir su forma de presentarse y transformarse como representación mental. La percepción, según la Gestalt, no lleva a cabo el proceso que sigue un científico cuando estudia un fenómeno de su interés, el de encontrar átomos y después integrarlos progresivamente, sino que tiende de la manera más directa e inmediata a atribuirle cualidades que definan el objeto y permitan establecer con claridad su naturaleza y composición.

La Gestalt intenta demostrar la temporalidad de la percepción que se caracteriza por buscar de manera inmediata lo cualitativo de los objetos, y usa para sus propósitos la forma como cualidad fundamental. La inmediatez de la forma no implica un nivel de ordenamiento fundamentado en procesos analíticos. La Gestalt se define a sí misma como una teoría explicativa de la percepción no elementalista, y asume la denominación de holista. Köhler presenta específicamente la tendencia perceptual a la totalidad (holismo) a través de un caso como el de la 'Osa mayor' que aparece en el cielo:

"Es un ejemplo de agrupación observada por la humanidad desde hace muchos siglos. Vemos una nube tranquila y blanca en el cielo claro de un día de verano. ¿Por qué una nube? Por la misma razón y los mismos principios que cierto número de estrellas de claridad semejante, y con ciertas relaciones de vecindad, constituyen lo que se llama 'una constelación'. Quien se limite a la consideración analítica del cielo no tendrá una nube, sino una sensación de azul, otra blanca; otra blanca de matiz diferente, otra más oscura, etc. La enumeración pasará de un modo indiferente de un elemento a otro, sin que tal consideración pueda dar la unidad en estos rayos de luz, que representan la única comunicación entre el objeto y nuestros ojos, ni la menor indicación de una unidad en el objeto ni su separación del contorno. Si no hubiera una tendencia óptica de agrupación y unificación, no habría objetos para nosotros" (Köhler, 1996, p. 498).

En términos generales, la labor de la percepción consiste en un intento de agrupación de la información circundante dentro de unidades simples que le permitan a la conciencia adquirir noción de objeto y con ello afinar su capacidad abstracta. La percepción es entendida como un permanente acto de conceptualización. Los eventos del mundo externo son organizados a través de juicios categoriales que se encargan de encontrar una cualidad que represente de la mejor manera posible a los objetos.

El principal esfuerzo histórico del movimiento gestáltico fue demostrar experimentalmente la íntima relación entre percepción y conceptualización. Para ello se recurrió al trabajo dentro del laboratorio que arrojó como resultados las leyes de la percepción.

martes, 2 de noviembre de 2010

SKINNER - CONDUCTISMO

Skinner y el Conductivismo


Skinner fue principalmente responsable por su desarrollo de la filosofía del conductismo radical y por el desarrollo del análisis del comportamiento aplicado, una rama de la psicología la cual tiene como objetivo un trabajo unitario para animales y humanos basado en principios de aprendizaje. Él condujo el experimento a través de reforzamiento negativo y positivo y demostró el condicionamiento operante, una técnica de modificación de conducta que desarrolló en contraste con el condicionamiento clásico.
El trabajo de Skinner difiere de sus predecesores (condicionamiento clásico), en que él estudió la conducta operatoria (conducta voluntaria usada enoperaciones dentro del entorno).
El sistema de Skinner al completo está basado en el condicionamiento operante. El organismo está en proceso de "operar" sobre el ambiente, lo que en términos populares significa que está irrumpiendo constantemente; haciendo lo que hace. Durante esta "operatividad", el organismo se encuentra con un determinado tipo de estímulos, llamado estímulo reforzador, o simplemente reforzador. Este estímulo especial tiene el efecto de incrementar el operante (esto es; el comportamiento que ocurre inmediatamente después del reforzador). Esto es el condicionamiento operante: el comportamiento es seguido de una consecuencia, y la naturaleza de la consecuencia modifica la tendencia del organismo a repetir el comportamiento en el futuro."
Imagínese a una rata en una caja. Esta es una caja especial (llamada, de hecho, "la caja de Skinner") que tiene un pedal o barra en una pared que cuando se presiona, pone en marcha un mecanismo que libera una bolita de comida. La rata corre alrededor de la caja, haciendo lo que las ratas hacen, cuando "sin querer" pisa la barra y ¡presto!, la bolita de comida cae en la caja. Lo operante es el comportamiento inmediatamente precedente al reforzador (la bolita de comida). Prácticamente de inmediato, la rata se retira del pedal con sus bolitas de comida a una esquina de la caja.
Un comportamiento seguido de un estímulo reforzador provoca una probabilidad incrementada de ese comportamiento en el futuro.
¿Qué ocurre si no le volvemos a dar más bolitas a la rata?  Aparentemente no es tonta y después devarios intentos infructuosos, se abstendrá de pisar el pedal. A esto se le llama extinción del condicionamiento operante.
Un comportamiento que ya no esté seguido de un estímulo reforzador provoca una probabilidad decreciente de que ese comportamiento no vuelva a ocurrir en el futuro.

Superstición en palomas

 http://www.youtube.com/watch?v=nZmir2qgEmk

Uno de los experimentos más famosos de Skinner fue cuando examinó la formación de la superstición en uno de sus animales de experimentación favoritos, la paloma. Skinner puso a unas palomas hambrientas en una caja unidas a un mecanismo automático que suministraba comida a la paloma, a intervalos regulares independientemente de lo que la paloma hiciera. La actividad que la paloma estuviera haciendo en el momento antes del suministro de comida, sería la actividad que la paloma continuaría haciendo.
Un pájaro fue condicionado para dar vueltas a la jaula en el sentido contrario de las agujas del reloj, unas dos o tres vueltas por reforzamiento, otro erguía su cabeza hacia una esquina de la jaula. Otras dos desarrollaron un movimiento pendular del cuerpo y la cabeza.
El experimento parece mostrar una pequeña superstición. El pájaro se comportaba como si hubiera una relación causal entre el comportamiento suyo y la administración de comida, aunque esa relación era inexistente. Hay muchas analogías en el comportamiento humano. El ritual de cambiar la suerte de uno a las cartas es habitual. Unas pocas conexiones accidentales al azar entre un ritual y consecuencias favorables son suficientes para establecer un mantenido comportamiento a pesar del hecho de que no haya reforzamiento causal. Estos comportamientos no tienen efecto real sobre la suerte de un sujeto, justo como en el caso donde la paloma era alimentada independientemente de su conducta.
Sin embargo, las conclusiones de estos experimentos han sido criticadas. Se aporta que las palomas desarrollan todas los mismos comportamientos supersticiosos, y no comportamientos distintos, como había predicho Skinner. Por ése y otros datos se supone que lo que hizo en realidad Skinner fue un entrenamiento de condicionamiento clásico

 


 

Thorndike - NEOCONDUCTISMO DEDUCTIVO


Neoconductismo deductivo (Eduard L. Thorndike)
Edward L. Thorndike fue profesor de psicología durante más de treinta años en el Teachers College de Columbia, Estados Unidos. Lo que más atrajo su interés fue la teoría del aprendizaje, y se cuenta entre los importantes precursores del conductismo.
Los primeros experimentos de Thorndike sobre el aprendizaje, en que los sujetos experimentales eran pollitos. Sostenía Thorndike que los animales no razonan ni avanzan en la resolución de problemas mediante súbitos estallidos de introvisión, sino que aprenden de una manera más o menos mecánica, partiendo de un método de ensayo y error. Las conductas que les resultan fructíferas y gratificantes se "imprimen" en el sistema nervioso. Según Thorndike, el aprendizaje se componía de una serie de conexiones entre un estímulo y una respuesta, que se fortalecían cada vez que generaban un estado de cosas satisfactorio para el organismo. Esta teoría suministró las bases sobre las que luego Skinner construyó todo su edificio acerca del condicionamiento operante.
Teoria
Edward Thorndike realizó su investigación, también observando la conducta de animales pero después realizó experimentos con personas. Thorndike implantó el uso de "métodos usados en las ciencias exactas" para los problemas en educación al hacer énfasis en el "tratamiento cuantitativo exacto de la información". "Cualquier cosa que exista, debe existir en determinada cantidad y por lo tanto pude medirse" (Johcich, citado en Rizo, 1991). Su teoría, conexionismo, establece que aprender es el establecimiento de conexiones entren estímulos y respuestas.
             La "ley de efecto" dice que cuando una conexión entre un estímulo y respuesta es recompensado (retroalimentación positiva) la conexión se refuerza y cuando es castigado (retroalimentación negativa) la conexión se debilita. Posteriormente Thorndike revisó esta ley cuando descubrió que la recompensa negativa (el castigo) no necesariamente debilitaba la unión y que en alguna medida parecía tener consecuencias de placer en lugar de motivar el comportamiento.
             La "ley de ejercicio" sostiene que mientras más se practique una unión estimulo-respuesta mayor será la unión. Como en la ley de efecto, la ley de ejercicio también tuvo que ser actualizada cuando Thorndike encontró que en la práctica sin retroalimentación no necesariamente refuerza el rendimiento.
             La "ley de sin lectura": Debido a la estructura del sistema nervioso, ciertas unidades de conducción, en condiciones determinadas, están más dispuestas a conducir que otras.

TOLMAN - NEOCONDUCTISMO

Neoconductismo intencional (Tolman)

  Aunque algunos autores sitúan a Tolman en el grupo de las teorías como la Gestalt, la mayoría los encuadran en el neoconductismo ya que sus estudios se desarrollaron en el campo del aprendizaje y la conducta animal.có los siguientes aspectos:
·         La conducta propositiva: parece tender hacia metas.
·         La necesidad de los animales de interaccionar con los objetos.
·         La tendencia animal a descubrir y preferir soluciones fáciles antes que las difíciles.

Ahora se suele indicar también que Tolman es el primer cognitivista:

Explica la conducta en función de lo que el animal sabe: expectativas, conductas medio-fin, mapas cognitivos. Una importante diferencia respecto de las explicaciones de Hull: pare este autor el conocimiento aparente del animal que se refleja en su conducta era fruto de la concatenación interna de respuestas implícitas a estímulos implícitos (nociones mecanicistas, no mentalistas), para Tolman, sin embargo,  dicho conocimiento aparente es una consecuencia de un conocimiento más profundo de las contingencias externas que el animal conseguía (explicación mentalista: el animal adquiere representaciones espaciales del medio).   
io: la conducta observable. Pero defiende un neoconductismo intencional: esa conducta es considerada de modo propositivo (mantenimiento de la conducta en una dirección determinada) e intencional. Además se explica la conducta en términos de variables intermedias (llamadas así porque se sitúan entre el Estímulo o variable independiente, y la Respuesta o variable dependiente): los mapas cognitivos (representaciones de la situación y con los que el animal puede desenvolverse en el medio).  
Método
: utiliza el método experimental, con pruebas de laberinto. En estas pruebas la solución del animal al problema propuesto era explicada introduciendo variables intervinientes (no observables) del tipo expectativas o mapas cognitivos, lo cual supone que el aprendizaje es una modificación del conocimiento que el animal tiene de las relaciones entre eventos ambientales. 
Concepción del organismo
: el organismo es activo: los sujetos aprenden no por asociaciones E-R, sino en función de las variables intermedias citadas. 

WATSON - CONDUCTIVISMO

Para el Conductismo, todo comportamiento y todo pensamiento es puro condicionamiento.


El representante más importante del Conductismo fue John B. Watson (1878-1958), quien estaba interesado por la conducta animal; le impresionaba el hecho de que al estudiar a los animales es posible no tener en cuenta a la conciencia y observar solamente lo que hacen. Se preguntaba si se podría hacer hacer lo mismo con los seres humanos.
La conducta es real, objetiva y práctica, en tanto que la conciencia no se puede observar; por lo tanto decidió suprimirla y ocuparse de la conducta. 
Watson insistía en que la conducta humana debía estudiarse tan objetivamente como el comportamiento
 de las máquinas. La conciencia no era objetiva, por consiguiente, no era válida científicamente y no se la podía estudiar en forma científica.
  
 Para Watson la conducta era una cuestión de reflejos condicionados, es decir, de respuestas aprendidas mediante un condicionamiento.
Todo lo que hereda el hombre es un cuerpo con unos pocos reflejos y las diferencias en capacidad y en personalidad dependen del aprendizaje. En este sentido, Watson fue en varios aspectos un fuerte exponente de la importancia del medio ambiente en detrimento de los factores hereditarios. No había límites, prácticamente, para lo que podía llegar a ser el hombre, si se lo condicionaba adecuadamente. 
Watson se inspiró en la filosofía empirista de John Lock, en Inglaterra y la psicologíafisiológica de Pavlov en Rusia.
Dice  que el ser humano nace con ciertas emociones tales como son: “el amor, el temor y la furia”. Watson dice que estas emociones y comportamientos se estimulan y se establece la asociación estímulo-respuesta.


Según Watson podemos crear una multiplicidad de nuevas conexiones estímulo-respuesta mediante el proceso de condicionamiento. Si un nuevo estímulo actúa junto con el estímulo para la respuesta refleja, después de varios apareamientos similares el nuevo estímulo producirá, por sí solo, la respuesta.

Pavlov fue el primero en describir este proceso de condicionamiento que hace posible que cada respuesta del repertorio original de reflejos sea producida por una gran variedad de nuevos estímulos, además de los que la produjeron originariamente.

Según Watson, mediante la formación de una serie de reflejos simples es como se aprende a responder a situaciones nuevas.
Todo lo que pensamos, sentimos, decimos o hacemos implica, en diversos grados, la
 actividad de todo el cuerpo y ésta es la base fundamental del conductismo.


El Conductismo de Watson, en su afán de encontrar un objeto medible en el hombre, se reduce a considerarlo como un aparato mecánico que responde frente a estímulos. Como toda teoría, ésta también tiene sus grandes limitaciones, sin embargo fue el precursor de varias corrientes de pensamiento que fueron complementando y perfeccionando esta orientación.



El experimento humano de Watson
Watson demostró su teoría del condicionamiento clásico por medio de un experimento con un bebé de aproximadamente nueve meses llamado Alberto. Para realizar este experimento, Watson situó al bebé en un aposento vacío e introdujo en la habitación una rata blanca. El experimento consistió en familiarizar la rata blanca con el bebé. En el principio el bebé, jugaba con el animal, luego cada vez que Alberto tenía cerca la rata se hacia sonar un ruido para que el niño se asustara. Pero después de esto sólo era necesario que el pequeño viera a la rata para asustarse.
Cuando el bebe se alejaba gateando del ratón hacia un sitio seguro su comportamiento resultaba recompensado y de este modo su miedo se reducía.
El comportamiento de temor de Alberto también se le presentaban situaciones similares sin tener que repetir el condicionamiento inicial.

El paradigma Estímulo-Respuesta

"Entendemos por respuesta todo lo que el animal hace, como volverse hacia o en dirección opuesta a la luz, saltar al oír un sonido, o las actividades mas altamente organizadas, por ejemplo: edificar un rascacielos, dibujar planos, tener familia, escribir libros" (Watson, 1925)
Watson tomará como unidad de análisis, el paradigma estímulo-respuesta, en donde se entiende por estímulo a cualquier factor externo o cambio en la condición fisiológica y por respuesta, la reacción o conducta frente a tal estímulo. El método empleado será el de las ciencias naturales, es decir la experimentación u observación controlada.
Watson recoge la labor de Pavlov en tanto estudia la existencia de reflejos incondicionados o innatos en los niños, diferenciándolos de los que fueran aprendidos o condicionados, estableciendo así una diferencia entre conducta innata o aprendida, condicionada e incondicionada.
Sintéticamente son:

1) La conducta se compone de elementos de R (respuesta) y puede ser analizada (objetivamente)
2) La conducta se compone por entero de secreciones glandulares y movimientos musculares.
3) Ante todo E (estímulo) efectivo hay una respuesta inmediata.
4) Los procesos de la conciencia no pueden ser estudiados científicamente.